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Acerca de mí...

Psicólogo, Licenciado en Lingüística y Literatura, Especialista en Psicolingüística, Magíster en Lingüística Española.

De mí debo confesar que en principio fui un psicólogo obsesionado neuróticamente por el pensamiento, por sus laberintos, estructura y desafíos. Muy poco después, me ganaron las letras y obtuve Licencia para decir, contradecir y sobre todo enseñar Lingüística y Literatura. Así que me hice maestro hace tres décadas, como mi madre, como mi abuela, como Martí. De ellos aprendí que ser maestro es ser un creador, un Humano con conciencia juguetona, placenteramente esclavo de la incertidumbre, de la sorpresa, la novedad y el cambio.

Desconfío de las verdades absolutas. Tengo pocas creencias. Entre ellas una innegociable: creo - comoBraunstein - "en el poder de las palabras que me hicieron Hombre". Siento (como lo confesé en algún borrador que rueda por ahí) un desafecto radical, casi perverso, por los contenidos sin perspectiva, sin argumento, sin alma, sin carne, sin escuela... no adoctrino con el texto ni con el reglamento... jamás ordeno marcar con una X, la respuesta verdadera. La verdad, prefiero las preguntas y las respuestas alternativas, divergentes, novedosas e insolentes. Sospecho- si es que existen - de las respuestas verdaderas, inmutables, perennes y absolutas. Además profeso, eso sí, y debo confesarlo, un malestar neurótico por las X, una repulsión compulsiva por las dobles y las triples X. La x me parece la firma del verdugo, la marca del vaquero, la impronta de las ovejas negras que pierden la cabeza a manos de las ovejas blancas, inofensivas, comunes y corrientes. En la X, se advierte la señal con la que en las listas negras los miles de maestros y estudiantes han sido sentenciados a morir por no haber sido breves ni concretos; por no haber marcado con una x la respuesta verdadera.

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