Moverse, desplazarse con oportunidad y con destreza ( por cuenta propia, claro está), son acciones ligadas directamente con la inteligencia de los seres vivos. solo los animales que tienen movimiento pueden tener asomos de inteligencia, nos recuerda acertadamente nuestro compatriota y neurocientífico, Rodolfo Llinás. De los tres movimientos posibles para los seres vivos ( en espacio corporal, en espacio externo y en espacio mental), hay uno que es indispensable para el ejercicio pleno de la intelectualidad, es el movimiento en espacio interior. Con él, pensamos, leemos, comprendemos formas complejas, creamos y tenemos los humanos la posibilidad de realizar actos voluntarios. Sobre una modalidad concreta de movimiento de este último tipo, trata nuestro problema semanal.