DECÁLOGO IMPERFECTO DEL MAESTRO QUE SEREMOS

1. El maestro perfecto debe tener antes que cualquier otro insumo, evidente ACTITUD positiva para la BÚSQUEDA; emoción verdadera por la construcción colectiva de conocimiento; notable compromiso afectivo; capacidad manifiesta de goce, tolerancia y afecto por la novedad y el cambio. El maestro perfecto, el gran maestro, ama su ejercicio y lo desempeña con mucha FUERZA PASIONAL. Enseñar es su vida, la escuela es su universo. 2. Dicho maestro debe poseer habilidades de interacción ciertas y efectivas; APTITUD CONVERSATORIA, sensibilidad cooperativa. Todo ello para funcionar en el aula y fuera de ella, como un interlocutor con alta flexibilidad para asumir roles diversos . El verdadero aprendizaje solo es posible en escenarios vivos de confrontación discursiva, de combate argumental; por ello, el maestro debe permitir y estimular en sus colectivos de aprendices la permanente selección, introducción, mantenimiento, reparación y cambio de tópicos, temas e inquietudes. Tal disposición conversatoria contribuye a transformar la tradicional verticalidad informativa en la deseada y democrática " Horizontalidad dialogante". 3. Es requisito fundamental que el maestro disponga de sentimiento creador, de gran CREATIVIDAD. Todo en su actividad pedagógica diaria exige actitud y aptitud innovadoras, de forma que pensar, aceptar y construir " lo nuevo", es un valor fundamental en su ejercicio profesional. " Y me hice maestro, que es hacerme creador", nos enseñó Martí. Así que creatividad es una condición mental inaplazable para el profesional de la educación; creatividad es libertad, flexibilidad, fluidez, originalidad, actitud productiva. La disposición creativa lo convencerá de que el nervio de su misión es la construcción y no la reproducción fría de conocimientos. Con actitud creadora generará entornos de aprendizaje sorprendentes, siempre gratos y poco convencionales.
4. Al maestro, al gran maestro, al verdadero Maestro, lo caracterizará igualmente una SENSIBILIDAD SOCIAL muy fuerte. De hecho, su ejercicio profesional es desde el principio una práctica política, una actividad socialmente comprometida. Está dirigido en esencia a conocer, comprender, confrontar e intentar modificar, las circunstancias sociales desde y para las que aprenden sus estudiantes. Contextualizar las teorías, colocarlas al servicio de la vida, dotarlas de historia, de país, es el desafío mayor de la función educativa. El conocimiento en aras de la vida, es el principio rector de la enseñanza, lo es también de todo aprendizaje. 5. Es principal en el ejercicio de una docencia de excelencia, la CONDICIÓN HUMANA de sus profesionales. El maestro tiene en razón de su labor pedagógica que vincularse todo el tiempo con seres humanos, es decir, con sujetos afectivamente sensibles y Sociocognitivamente conformados. Poder llegar a esos sujetos para cumplir los distintos propósitos del aprendizaje, requiere de un profesional con posibilidades reales de conocer, dejarse impactar e impactar la condición humana de sus interlocutores. Para ello debe sentir apego a la vida, además de conocimiento actualizado de los " misterios humanos". Debe poseer vocación manifiesta para el trabajo con humanos. Así, estará habilitado para incursionar en la vida de sus escolares con generosidad, sin límites ni recatos. 6. De igual manera, el gran maestro tiene afecto especial por la más humana de las actividades: Pensar. Es él, un PENSADOR Constante y UNIVERSAL que a propósito de los temas de su interés, recorre mentalmente el mundo, intenta explicar, busca causas, propone conflictos, genera dilemas, hilvana razones, predice eventos, anticipa consecuencias, deduce soluciones. Por tales razones, la resolución de problemas, es la acción didáctica preferida. Por otro lado, para este maestro no existe " mi materia" como un asunto de conocimiento cerrado e infranqueable. Su materia es la vida, la historia, el universo en el que " su materia" se inscribe y significa. 7. Desarrollar PROCESOS por encima de conocimientos particulares finitos y angostos, es el propósito fundamental de una magistratura actualizada y comprometida. En este sentido, los temas, las teorías, las disciplinas específicas, son para el maestro con alto nivel de desempeño, solo un pretexto para desarrollar en sus aprendices los procesos que lo vuelven competente para comprender sus circunstancias. COMPRENDER es entonces la clave. Los procesos de los que depende la comprensión humana, son el objetivo principal de la enseñanza. Es claro que por encima de la comprensión de los fenómenos, nada existe para un gran maestro superior. En este sentido, para él los datos, son tan solo anécdotas frívolas si no logra que sus interlocutores los comprendan, si no se procesan intelectualmente de manera efectiva y oportuna. 8. Por lo anteriormente expresado, SIGNIFICAR es el proceso básico de la buena enseñanza y del aprendizaje consistente. Desde este punto de vista, la argumentación la contraargumentación, el énfasis en los conceptos, son los caminos más viables para un gran maestro. Mas allá de las formas, son los contenidos, su interpretación profunda, coherente, argumentada, documentada, el centro de atención de este maestro para quién ser radical, es decir " atacar los problemas por la raíz", desde el fondo mismo, es siempre su preocupación principal. 9. Otra arista básica de las propuestas didácticas del maestro perfecto, es RELACIONAR, articular el universo a propósito de los temas propios de su cátedra. Para el maestro, lo verdaderamente trascendente no son los datos, sino las relaciones que estos tienen con otros datos, sus conexiones íntertextuales, sus vínculos interdisciplinares. Su estrategia es entonces, darle prioridad a la totalidad sobre las partes que la conforman, privilegiar la historia sobre la anécdota. El gran maestro conoce perfectamente que si un tema no se conoce y discute en el marco de las relaciones que mantiene con los demás temas situados en su mismo horizonte conceptual (y sobre todo en su " todo"), la comprensión es insípida y el aprendizaje es bajo. 10. Finalmente, APLICAR es el punto de llegada de todo aprendizaje superior y productivo. Impactar el entorno a propósito de los temas comprendidos es la meta de toda enseñanza racional. De manera que el gran maestro da siempre el salto de los temas a sus relaciones y de estas a la práctica, al contexto, a la vida. A él, la sola retórica de la información, no le es suficiente. Sabe - y obra profesionalmente en coherencia con ese saber- que todo programa curricular, no puede finalizar en el terreno abstracto del " decir", hacer con la teoría es un objetivo innegociable. Es la meta.