Educar, una actividad por principio pasional

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"Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber", cantaba la folclorista chilena Violeta Parra. Tales palabras deberían ser la consigna principal de las universidades colombianas, comunidades educativas que han refundido el placer, opacado la emoción y subestimado el peso que tienen la pasión y el juego en la enseñanza y en el aprendizaje. Es cierto, sin pasión y sin imaginación no hay creación; sin creación no hay aprendizaje, no hay ciencia no hay vida.