Qué es escribir
«¡He tardado cinco días en hacer una página!»
( Flaubert)
Escritura, escribir, texto escrito. Este es el tema de este libro. Este es un texto (es decir un tejido) cuyo propósito principal es hacer transparentes con algo de gracia, novedad y consistencia y con mucho de fuerza conceptual, los misterios de este juego mágico de la inteligencia humana. Y es que escribir es eso, un juego; es decir, algo muy serio, alegre y divertido. La escritura es un producto social que a pesar de su naturaleza juguetona no resulta de la magia, sino de la perseverancia, del esfuerzo, del tesón. A pesar de su fuerza pasional, los libros (como este) - nos decía Flaubert- no se hacen como los niños, sino como las pirámides " ... con un diseño premeditado, y añadiendo grandes bloques, uno sobre otro, a fuerza de riñones, tiempo y sudor". La escritura, cualquiera que sea su formato o intención ( cotidiana, académica, creativa) es un acto genuino de creación que le debe muy poco a la imaginación y demasiado a la paciencia, a la habilidad inteligente para construir pirámides arquitectónicamente sólidas. Que quede claro desde ya: quienes sin ningún esfuerzo adicional esperan ese regalo de los dioses en forma de soplo divino o de inspiración salvadora, no lograrán escribir nunca una línea que transforme la vida o la conciencia de alguien.
Este es en últimas el fin de la escritura: impactar, mover, conmover, generar salpullidos provechosos, instalarse en la historia, memorizar la vida, empujarla hacia adelante. Para conquistar esas metas debe asumirse que escribir y hacerlo bien es una responsabilidad compleja y multideterminada que demanda competencias y saberes especiales: necesita una muy fuerte disposición emocional; exige un aparato cognitivo flexible, fluido, original y versátil; reclama habilidades comunicativas bien desarrolladas para detectar lo inadecuado, para calibrar la fuerza del escrito, para anticipar las reacciones del lector, para conocer sus fortalezas y sus grietas y finalmente, para escribir con éxito es indispensable tener y operar con suficiencia un código lingüístico.
Conocer detalles básicos de ese código lingüístico para lograr escritos de calidad, es precisamente el propósito específico de este primer libro. Con él aspiramos a que sea menor la inconformidad que sienten las comunidades universitarias con la textura de los escritos de sus maestros y estudiantes. Acerca de esto comprendemos las angustias. La producción de textos es en las dinámicas académicas de las universidades una actividad que atraviesa todos los espacios y está presente en la mayoría de objetivos y tareas. La escuela se mueve, también se mide y se acredita por los textos que en ella se conciben y producen, esto lo saben las instancias del estado que regulan la calidad educativa de las instituciones, lo saben bien las instituciones, no lo discuten los maestros, tienen que entenderlo los futuros profesionales que en ellas construyen su futuro. Escribir, sigue siendo en el siglo XXI, él mecanismo más usual, el más socorrido y más creíble pasara validar aprendizajes y testimoniar los resultados de la enseñanza, por tal razón es que el tiempo de la academia es tiempo de escritura. Transitamos por la escuela elaborando informes, reseñas, ensayos, crónicas, guiones, resúmenes, actas, proyectos, artículos, notas, tareas, exámenes escritos. Si esta es una actividad permanente, si es tan importante para construir, testimoniar y validar aprendizajes escolares, entonces tenemos el encargo ético, maestros y profesionales en formación, de hacerla bien, de hacerla con afecto y con rigor, de hacerla ya, de hacerla siempre.
Escribir mucho y escribir bien es una faena con beneficios múltiples que van mucho más allá de las aulas y la escuela: 1. es una gimnasia neuronal muy efectiva que ayuda a mantener el cerebro adecuadamente tonificado y fortificado, disminuye sorprendentemente los daños intelectuales en casos de lesiones cerebrales por traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares,
Tumores, infecciones del sistema nervioso central o consumo de sustancias alucinógenas. 2. Escribir es una práctica mental que aligera, flexibiliza, le da ritmo, tono, consistencia, mucha fuerza y velocidad al aparato cognitivo humano. Nos hace pensadores más versátiles. La escritura es un motor de la inteligencia. 3. La escritura es una juego emocional, un desafío de placeres y pasiones que rejuvenece, que reactiva los sentidos al tiempo que aporta una cuota grande de felicidad. 4. Escribir es una aventura cultural incomparable, nos adentra en otros mundos, en otras geografías, nos pasea por la vida y por la historia, nos saca del barrio, nos aleja de la vereda, nos vuelve realmente universales y, finalmente, escribir es una actividad principal para sensibilizar los espíritus, humanizar los instintos, y acercanos a la sabiduría que ilusionamos.
(Imagen tomada de http://www.planetababel.com/